En 1976, el Faro de Cabo Polonio, fue nombrado Monumento Histórico de Uruguay y sin dudas es un paseo recomendado para todos los visitantes de Rocha. Un ícono de Cabo Polonio y de los atractivos más visitados.
Vista desde el Faro de Cabo Polonio
La vista desde el Faro de Cabo Polonio es impresionante, son 132 escalones que valen la pena. Desde arriba tendrás una panorámica del pequeño poblado, las Islas de Torre, la reserva de lobos marinos, las dunas y la inmensa franja de playas que rodean Cabo Polonio.
Cabo Polonio desde el faro132 escalones que valen la pena. ¿Subiste al Faro de Cabo Polonio?#TurismoRocha
Posted by Turismo Rocha on sábado, 16 de enero de 2016
Horarios de visita y costo
El Faro de Cabo Polonio se puede visitar todos los días de 10:00 a 13:00 y de 15:00 a la puesta de sol. El costo por subir es de 30 pesos uruguayos. No está permitido el acceso a menores de 8 años.
Un poco de historia
Con 132 años de antigüedad el Faro de Cabo Polonio forma parte de una de las más importantes referencias del poblado. Antes de su construcción, el hundimiento de numerosos barcos, galeones y fragatas, provocados por los peligros de la geografía del lugar, eran comunes y los marinos desconocían esta situación. La luz del faro comenzó a ser un instrumento fundamental para la navegación de la zona provocando un gran crecimiento.
El primer farero, llamado Pedro Grupillo, fue quien estableció una tradición la cual perduró por mucho tiempo, y consistía en que los próximos encargados del faro vivieran dentro de el en la más profunda soledad.
En aquellos tiempos, el sistema de iluminación se valía de lámparas múltiples de mecha alimentadas con grasa o aceite de lobos, ballenas o potro. Cada tres horas, el farero debía subir la larga escalera de la torre para impulsar el sistema de relojería del motor que funcionaba a cuerda.
Historias y leyendas
Cuentan los habitantes más antiguos de Cabo Polonio, que uno de los primeros fareros llevaba a cabo sus labores acompañado de su mujer embarazada. Cuando el día del nacimiento de su hijo llegó, emprendió viaje rumbo a la capital departamental, Rocha, en busca de una partera, pero una gran tormenta tuvo que enfrentar por lo que su regreso tardó casi una semana. La mujer, en ausencia de su marido, y con su hijo ya nacido continuó subiendo diariamente los 132 escalones del faro para encender su protectora luz.
Además se dice que la torre no solo funcionó como faro, sino que también hizo de escuela para los pocos niños de Cabo Polonio, y su maestra era la señora del farero.
Entre tantas anécdotas y leyendas que atesora el faro, se dice que las aguas de Cabo Polonio eran muy temidas por capitanes y piratas que solían navegar por allí, lo consideraban maldito y lleno de engaños y enredos donde, finalmente, enfrentados al poder del mar dejarían la vida y sus embarcaciones. También se dice que las brújulas se perdían y giraban sin rumbo, como si estuvieran endemoniadas.