Un día en la zafra del camarón de Rocha junto a los pescadores artesanales
Los Ballestero son una de las familias emblema de la pesca artesanal de la Laguna de Rocha. Tito y Blanca están retirados pero aún colaboran con las tareas de pesca de la familia.
El padre de Tito fue el primero en radicarse a pasos de la laguna, aunque su abuelo ya venía desde el Puerto de Los Botes a pescar aquí. Él siguió la tradición, y la continúan sus hijos y nietos.
Recuerda que en su juventud el camarón no tenía demasiada venta e incluso su precio era muy bajo. Recién en el año 1961 hubo una gran zafra en la que pudieron vender un buen volumen a un excelente precio. “Ese año hice las 3 lagunas, empecé por José Ignacio, Garzón y terminé aquí”, dice Tito. “¡Pero en Valizas no lo querían ni regalado!”.
“En ese entonces se veía el camarón, te picaban las piernas cuando entrabas al agua. También las gaviotas avisaban con su aleteo que era momento de tirar las redes”, señala Blanca.
Hace unos 20 años comenzaron a usar las redes tubulares y el trasmallo, de esta manera se cuida mejor el recurso sin depredar.
Son las 7 de la mañana, el sol apenas comenzó a calentar, pero veo entrar y salir constantemente transporte en busca del producto. De varios hogares salen pescadores con cajones repletos de camarón fresco.
José Luis Ballestero, nacido y criado en la Laguna de Rocha, hijo de Tito, me recibe pelando camarón.
Sale a recoger las redes en la madrugada, a las 4 am, junto a su hijo y su cuñado. Dos o tres horas les lleva levantar las trampas y limpiar peces y cangrejos que se quedan enganchados en las redes para devolverlos a la laguna.
Entre los tres tienen unas 30 trampas de unos 15 metros, más un trasmallo de 40 metros cada una. En la actualidad consiguen entre 120 y 150 kg de camarón diarios.
De tarde se vuelven a poner las redes cuando las baterías de las luces estén cargadas. “Eso es un privilegio, porque antes era un sacrificio ir con mantillo y faroles”, sostiene.
El clima cálido de este otoño favorece la cría del camarón, cuenta José Luis. La barra abierta por los temporales de comienzo de año modificó la zafra. Aún no se había comenzado a pescar cuando el camarón volvió al mar.
Su familia vive enteramente de la pesca; pejerrey, corvina, lisa y lenguado se pescan durante todo el año. La zafra del camarón significa unos pesos extra para reponer materiales. “En invierno se puede trabajar mejor. Está más limpia la laguna de algas y demás”; afirma. En la Cocina de la Barra trabajan sus hijas junto a otras mujeres de la zona. “Esto ha traído mucha gente a la laguna. Estamos limpiando pescado y está saliendo para ahí.”
El "Proyecto de Gastronomía Km 0" es impulsado por el Programa "Uruguay Más Cerca" de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto - Presidencia de la República Oriental del Uruguay), y llevado adelante por la Corporación Rochense de Turismo junto a las Direcciones de Turismo y Desarrollo de la Intendencia de Rocha, UDELAR/CURE Rocha, con el apoyo del MIEM; DGDR/MGAP y MINTUR.